¿Ganas de dulce?
El producto más común que buscamos cuando nos entra un antojo es el chocolate. Nunca pasa de moda. Sin embargo, engullir sin pensar barras de chocolate y bombones producidos en masa tiene un enorme impacto en el medio ambiente.
Mientras la gente disfruta de las famosas barras de chocolate comerciales en el sofá, la industria chocolatera continúa reduciendo las selvas tropicales y emitiendo una cantidad significativa de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo sin cesar al cambio climático. Y no solo eso, sino que ¿sabías que la mayor parte del cacao producido por las grandes empresas (las que producen el chocolate que la mayoría de la gente conoce, como Hersheys y Lindt) se produce en condiciones de esclavitud, donde los trabajadores ni siquiera pueden experimentar el sabor del chocolate? Trabajan toda su vida con el grano de cacao, sin conocer jamás el producto final por el que han trabajado tan duro.
¿Pero adivina qué? La diversidad se encuentra si se busca, y en Mashpi Chocolate hemos encontrado la manera de que no solo disfrutes de la barra de chocolate en sí, sino que también disfrutes sabiendo que tu dinero es tu voto y que estás votando por prácticas regenerativas y equitativas. Como fabricantes, ofrecemos a nuestros clientes productos que van más allá de lo orgánico mediante prácticas regenerativas y colaborativas, lo que ayuda a mantener y expandir no solo ecosistemas saludables, sino también comunidades saludables.
Chocolate Colaborativo de Producción Consciente para Consumidores Conscientes
Estados Unidos consume alrededor de 1.280 millones de kilos de chocolate al año. En promedio, esto equivale a 5 kilos por persona. Y permíteme preguntarte: ¿Cuánto sabes sobre su elaboración, los efectos del proceso en el medio ambiente y cuánto de este chocolate termina realmente en la basura? ¿Cuánto compramos en Navidad solo porque nos hacen creer que es "lo que se supone que debemos hacer"? ¿Cuánto de este dulce es especial solo por estar envuelto en un envoltorio de Halloween? ¿San Valentín? Y, por favor, ni hablar de la Pascua y todos esos huevos de plástico.
Desafortunadamente, otros países no se quedan atrás. Suiza, por ejemplo, consume el doble de chocolate per cápita y, si observamos el mundo entero, podemos decir que se venden la asombrosa cantidad de 7,7 millones de toneladas de chocolate al año. ¿Qué pasaría si todo este chocolate se produjera de forma justa? ¿Si permitiera que los trabajadores recibieran una educación justa y tuvieran acceso a alimentos y agua potable? El chocolate que te hace sentir bien mientras ves una película no debería ir en detrimento del sustento de otras personas.
Cuando iniciamos el proyecto Mashpi, nunca pensamos que más de 12 años después estaríamos hablando de la industria chocolatera. Teníamos la idea de restaurar el suelo, pero en algún momento del camino nos convertimos en chocolateros, lo que nos abrió un mundo completamente nuevo para explorar la justicia y la igualdad.
Sabíamos que la industria tenía un problema, pero nos sentíamos muy alejados de él. Poco a poco, el proyecto nos dio la oportunidad de aprender más y ofrecer una alternativa donde nuestros consumidores puedan disfrutar del chocolate.
No solo nos centramos en producir en parcelas agroforestales que realmente renuevan el suelo, sino que también hemos enfocado todos nuestros esfuerzos en mejorar la comunidad, ofreciendo empleo y educación a quienes antes no los tenían. Hemos creado redes dentro del país donde podemos compartir nuestros conocimientos sobre agroforestería, mantenimiento y recuperación de semillas, plantas comestibles no convencionales, empoderamiento femenino, desarrollo de fertilizantes orgánicos y, lo mejor de todo, no solo compartimos ese conocimiento, sino que también aprendemos de nuestros vecinos.
Para terminar esta breve entrada, les agradecemos su presencia y el tiempo que dedicaron a leerla. En futuras entradas, explicaremos cómo y por qué estos aspectos son importantes, y espero que ustedes también estén aquí para leerlas. Intento ser breve y conciso para no aburrirlos, ¡pero hay muchísimo de qué hablar sobre el chocolate! Por ahora, adiós y espero que hayas aprendido al menos una cosa nueva en los últimos cinco minutos.
